domingo, 27 de diciembre de 2020

Las primeras vacunas contra el COVID-19

 Secuencia de fotos mostrando la llegada de la primera remesa de vacunas del COVID-19:

Primera foto, en el palet y con la célebre etiqueta del Gobierno de España

Segunda foto, en la que se puede apreciar mejor la dimensión de la remesa

Tercera foto, mostrando la caja con las dosis de vacunas


sábado, 24 de octubre de 2020

C13 On Revolution - Final examination

 Corre por ahí un el examen final de la asignatura C13 On Revolution, de marzo de 1961, impartida por Hanna Arendt, que guardo aquí a beneficio de inventario. No sé si en nuestras facultades de Ciencias Políticas se hacen exámenes así.



sábado, 17 de octubre de 2020

Turismo

 En el librito de Michel Houellebecq En presencia de Schopenhauer encontramos esta cita sobre el turismo (p. 81):

La vida de los nómadas, que representa el grado inferior de la civilización, confluye con el grado más elevado en aquello en lo que se ha convertido por lo general en la vida del turista. La primera está provocada por la necesidad, la segunda por el aburrimiento.

Aquí se ve la claridad con la que don Michel interpreta la sociedad en que nos ha tocado vivir. Esa interpretación viene del artista, que posee un conocimiento diferente del que produce el científico social.

Como bola extra, esta otra cita, ahora de Schopenhauer (p. 53):

Spinoza dice (Epist. 62) que si la piedra lanzada por los aires por un golpe tuviera conciencia, creería que se desplaza por su propia voluntad.

Referencia

Houellebecq, M. (2007). En presencia de Schopenhauer. Anagrama. 

domingo, 11 de octubre de 2020

Apuntes de una noche inolvidable

A beneficio de inventario, transcribo aquí una crónica publicada en La Vanguardia por Agustí Calvet, Gaziel, el 11 de octubre de 1934. El texto original puede consultarse aquí y aquí.

Para los catalanes de mañana.- Apuntes de una noche inolvidable.- Tomados al hilo de los acontecimientos durante las jornadas de los días 4, 5, 6 y 7 de octubre de 1934. 

Jueves, día 4.- A las seis y cuarto o seis y media de la tarde, estando yo en mi despacho, me entran la lista del nuevo Gobierno Lerroux, que acaban de transmitir los teletipos de la Delegación de La Vanguardia en Madrid. En seguida me digo: esto va a ser el botafuego. A los elementos exaltados de la Generalidad, ese Gobierno, que nada tiene de temible, les va a hacer el mismo efecto que le hace a un toro un trapo rojo.

Me quedo largo rato perplejo. Tengo compuesto, en pruebas, encima de la mesa, un artículo mío, escrito para mañana viernes. Se titula Las armas de la Generalidad, y lo he escrito expresamente ante los anuncios bélicos, a mi juicio catastróficos, que me traen mis informadores cerca del Gobierno de Cataluña. En ese artículo defiendo un criterio diametralmente opuesto al que parece va dominando por momentos en la Generalidad. ¿Qué hacer? Si lo publico, según como vayan las cosas, me expongo a que me acusen -como otras tantas veces- de derrotista, de mal patriota. Pero la hora es demasiado grave. Mi deber de catalán, mi honradez de publicista es claro. Aprieto el botón de un timbre. Entra un ordenanza. Le doy las pruebas de mi artículo: «Que se publique mañana».

Viernes, 5.- Paro general, dispuesto por elementos al servicio del Gobierno de Cataluña. Cosa nunca vista: un paro de esta clase, organizado por el Poder público.

En fin: desde mi casa de Sarriá hay que bajar a Barcelona. No circulan trenes ni tranvías. Apenas hay algún taxi. Bajo en un auto de alquiler que casualmente lleva patente particular y parece un coche propio. A pesar de ello, en la calle de Balmes, ante la Confederación de la Industria Taxista, nos detienen en forma destemplada. Aducimos algunas razones y, mientras vacilan, continuamos. Llego al periódico. Recibo informes toda la mañana. Las cosas parecen agravarse. En la Generalidad hay un optimismo, una actividad, una fiebre realmente extraordinarios.

A la hora convenida para volver a casa, no encuentro en la calle mi auto de alquiler. ¿No habrá podido venir? ¿Le habrá ocurrido algo? Apenas circula algún vehículo. Las calles rebosan de gente que sale de los despachos medio cerrados o viene de «ver qué pasa», y se dirige a comer. Yo no puedo ir a Sarriá, para volver por la tarde y regresar por la noche, siempre andando. Comeré en el restorán.

Imposible: todo está cerrado. Llamo en algunos establecimientos. No me contestan. Incluso en varios hoteles veo las sillas del comedor encima de las mesas. Un detalle admirable: sólo están abiertos los estancos. Solución: comeré algo en el periódico mismo, de una taberna vecina que está en la calle de Tallers. Y, en efecto, de allí me traen un par de platos populares. Pero lo extraordinario son los postres.

Estaba terminando de comer, cuando se me presentan, como llovidos del cielo, cinco hombres con otras tantas pistolas. Uno lleva pantalón corto y polainas, otro viste de mecánico, y los demás, como obreros cualesquiera. ¿Por dónde han venido? No sé. ¿Quiénes son? Tampoco. Pero lo que quieren es indudable. Apuntándonos unas armas magníficas, unas estupendas pistolas de repetición, nos echan materialmente a la calle a todos cuantos nos hallamos en el periódico, con gestos harto expresivos y frases poco corteses. Y nada más. ¡Pues, señor, sí que están poniendo bien las cosas!

Damos una vuelta hasta la plaza de la Universidad y volvemos al periódico. No habrá manera de sacarlo mañana. Los obreros han recibido orden de paro. Se hacen difíciles las comunicaciones. Digo a todo el personal que se retire, y a las siete de la tarde me voy también a mi casa, hasta Sarriá, andando. La calle de Muntaner y el paseo de la Bonanova, casi desiertos. El alumbrado brilla en la noche serena, demasiado bochornosa, casi de verano todavía. El aire sólo sopla a intervalos. De los jardincitos que rodean las «torres» vienen ráfagas perfumadas de jazmín invisible.

Después de cenar escuchamos lo que dice la radio. La emisora de Radio Barcelona, informada por la Generalidad, esparce noticias graves, de Eibar, Mieres, Medina de Rioseco, El Ferrol, Cartagena, etc. En Madrid la situación no es muy clara. ¿Qué habrá de todo eso?...

Sábado, 6.- A primera hora la radio sigue dando noticias parecidas a las de anoche. Bajo al centro de Barcelona, hasta La Vanguardia, a pie. Las cosas van empeorando durante la mañana. En las calles circula mucha menos gente que ayer. El paro prosigue y se intensifica, por orden gubernativa.

A las doce y cuarto, estando en mi despacho, solo, en la casi completa soledad de los talleres y oficinas del periódico, oigo inesperadamente, por el aparato de radio, que el consejero de Gobernación, señor Dencás, anuncia la salida a la calle de los somatenes adictos a la Esquerra para que garanticen, dice, el orden público contra la F.A.I. ¿contra la F.A.I.? Me quedo pensando qué habrá en el fondo de esa extraña orden. Esto se pone feo. A las dos menos cuarto me voy a comer a casa de mis amigos S., que viven en el Ensanche, para no tener yo que ir a Sarriá.

Subiendo por el paseo de Gracia me encuentro, en el cruce con la Gran Vía, frente a la Horchatería Valenciana, a un grupo de somatenistas recién salidos a la calle. Van sin orden alguno y llevan las armas como mejor les parece. Un pasante dice con admiración: «Todas son Winchester».

Un poco más arriba, exactamente ante el edificio de Lliga Catalana, veo bajar por el paseo central un automóvil descubierto, a gran velocidad. Lleva dos hombres delante y dos detrás. La carrocería es de color oscuro, con un ribete rojo, y tiene plegada la capota gris. El hombre que va en el asiento de atrás, a la derecha, es Badía, el famoso ex jefe de los servicios de policía de la Generalidad. Con la cabeza descubierta y los cabellos negros echados al viento, su cara enjuta y morena tiene una expresión satisfecha, casi risueña, de mando resuelto y de seguridad en sí mismo... Un poco más arriba del paseo, ante el Círculo Ecuestre, hay un numeroso grupo de socios a la puerta, mirando todavía, como embobados, hacia el auto que desapareció a lo lejos.

Llego con retraso a casa de mis amigos S., que me esperan para comer. Y apenas entro, mis informadores me laman al teléfono. Las noticias son francamente malas, Dencás -me aseguran- ha desbordado a Companys (que, según dicen, no se enteró de la salida a la calle del somatén armado hasta que ya estaba hecha); pero Badía está desbordando a Dencás y es el verdadero dueño del momento. Los elementos de la Alianza Obrera, por su parte, han entrado en gran actividad, requisando todos los autos particulares que encuentran e instalándose en algunos edificios ajenos, como el antiguo local de Fomento.

A los pocos minutos, otra llamada. Mi informador me asegura, esta vez, que «los de la Generalidad van a jugar fuerte». Entre cuatro y cinco de la tarde se espera una declaración sensacional. Yo me resisto a la noticia: todavía creo en el seny catalán... Y después de comer, unos amigos me llevan en auto a mi casa.

Tarde interminable. No puedo hacer nada, ni leer, ni distraerme. Un desasosiego interior me atormenta con insidiosos, con indefinibles presentimientos. Me siento junto al luminoso ventanal abierto. Desde las alturas de mi casa diviso a Barcelona extendida a los pies de Montjuich, con una ancha franja de mar a ambos lados de la montaña y el cielo inmenso abierto encima. No sé por qué me quedo varias veces absorto, contemplando ese panorama familiar, archisabido, que veo todos los días, pero que hoy parece tener un significado misterioso, profundo distinto del ordinario.

A cada momento me levanto. Se me ha estropeado el teléfono. Estoy, pues, incomunicado. Entonces me refugio en la radio, al acecho de la declaración anunciada, que se va retrasando de hora en hora. Por fin, al atardecer, nos dicen que el Presidente de Cataluña hablará al pueblo a las ocho desde el balcón de la Generalidad. Salgo a dar un paseo para distraer la impaciencia, y a las ocho en punto estoy de vuelta y ante el aparato.

No se hacen esperar mucho. Conectan con el propio balcón de la Generalidad. La silenciosa estancia donde yo escucho inunda de un bronco rumor, como de hervidero humano. Es el gentío apiñado en la plaza de la República. Miro al paisaje, aguardando. La masa de la ciudad lejana aparece inmóvil, serena, bajo la noche en calma. Parece mentira que de aquel fondo plácido pueda brotar ese rumor de marejada ardiente. Se oyen pasos. Alguien se acerca al balcón. Es él: el Presidente. Es Companys. Una estrepitosa ovación saluda su presencia ante el pueblo. Alguien le habla al lado, en voz baja, en tono vivo, como si le azuzara. Y la voz característica del Presidente, con su acento leridano, se alza en medio de un silencio imponente: Catalans!... Habla fuerte, habla tan claro, tan firme, que seguramente está leyendo lo que dice. Y sus palabras son como otros tantos relámpagos. Proclama el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, ofrece asilo al Gobierno provisional que se forme y, finalmente, rompe las relaciones con el Gobierno de Madrid.

Es algo formidable. Mientras escucho me parece como si estuviera soñando. Eso es, ni más ni menos, una declaración de guerra. ¡Y una declaración de guerra -que equivale a jugárselo todo, audazmente, temerariamente-, en el preciso instante en que Cataluña, tras largos siglos de sumisión había logrado, sin riesgo alguno, gracias a la República y a la Autonomía, una posición incomparable dentro de España, hasta erigirse en su verdadero árbitro, hasta el punto de poder jugar con sus gobiernos como le daba la gana! En estas circunstancias la Generalidad declara la guerra, esto es, fuerza a la violencia al Gobierno de Madrid, cuando jamás el Gobierno de Madrid se atrevió ni se habría atrevido a hacer lo mismo con ella. Y eso, ¿por qué? Por una República Federal Española que nadie pide en España, cuando menos ahora, y por un Estado Catalán que, dada ya la existencia de la Generalidad, no se necesita para nada... Estoy bañado en sudor, realmente aterrado. Y luego me doy cuenta, porque ya no escucho, de que han quitado la comunicación con el palacio presidencial.

Me levanto casi tambaleando, como el hombre a quien acaban de dar varios mazazos en la frente. ¿Era, pues, verdad? Esto ya no tiene remedio. Y como creo conocer un poco a Companys, y no le tengo por loco, ni menos por imbécil, me digo que, cuando él ha hablado así, de tan espantosa manera, con sus razones contará y con sus medios a mano, seguros, infalibles. Y entonces me asusto más todavía, porque me digo que sin duda nos aguardan terribles acontecimientos, una verdadera guerra civil, larga, feroz e incalculable...

Después de hacer como que cenamos, vuelvo a escuchar la radio. No dice nada interesante. ¡Y algo debe ocurrir, sin embargo, por esos mundos de Dios! Pero he ahí que, a las diez y media, bruscamente, nos anuncian que las tropas del Gobierno de Madrid han intentado asaltar la Consejería de Gobernación, pero han sido rechazadas. ¡Ah, Dios mío! ¡Ya se armó la cosa!

Entonces comienza la noche terrible, la trágica noche que los catalanes no podremos olvidar jamás. Lo digo sin exagerar lo más mínimo: la peor noche de mi vida. Una vela espantosa, hasta rendirme, hasta extenuarme, ante ese aparato infernal, pendiente de las cosas fantásticas, monstruosas, enloquecedoras, que de él van brotando. Nunca sentí con tanta fuerza, ni con tal impotencia de mi parte, la pesadumbre abrumadora de un destino adverso.

Poco después del primer ataque, anuncian otro al Palacio de la Generalidad. Esta vez, a través del micrófono, mezcladas con las palabras, oímos claramente el crepitar de las descargas. Mientras escucho el combate invisible, por el amplio ventanal de mi estancia, abierto a la frescura de la noche oigo las mismas detonaciones, pero en otro plano y en tono distinto, resonando a lo lejos, en el seno de la oscura masa urbana sumida en la sombra y salpicada de puntos de luz. Viene del fondo un rumor retumbante. Y, en seguida, la radio anuncia que la artillería está bombardeando el Centre de Dependents, en la Rambla de Santa Mónica. Pero nos dicen que también los artilleros han sido puestos a raya y que las fuerzas de la Generalidad triunfan en todas partes. No lo entiendo bien, ni puedo figurármelo, pero sigo escuchando con el alma pendiente de un hilo.

Empiezan las horas de locura. Cada cinco o diez minutos, en un tono exaltado y nervioso, en sensible crescendo, nos van dando noticias. La Generalidad sigue dominando y triunfando, pero no calla ni un segundo ¿Cómo es posible combatir, o dirigir el combate, y al mismo tiempo charlar de ese modo casi delirante? No nos dejan ni reflexionar. Cuando no hablan tocan discos de gramófono.

Hay una contradicción angustiosa entre el escándalo que levanta la radio y esa serenidad profunda de la noche sobre la ciudad. Diríase que Barcelona, vista de lejos, está en calma, y que la fiebre que sentimos se debe tan sólo a esa caja demente que nos lanza discursos inflamados, sardanas, rumor de descargas y boletines de victoria. La Santa Espina, Els Segadors, La Marsellesa, El Virolai, El Cant de la Senyera, con sus voces vibrantes o melancólicas de hombres, mujeres y niños -esas voces amadas del Orfeo Catalá-, procuran entusiasmarnos o distraernos, pero en realidad sólo consiguen aturdirnos espantosamente.

Eso es, en efecto, algo que no debe haber ocurrido nunca en el mundo, ni en Sudamérica, ni en los Balcanes, ni en China: un combate decisivo, a sangre y fuego, en el que se juega el presente de todo un país, y que se va dando por radio, entre alocuciones frenéticas y discos de gramófono. Si yo no lo hubiese vivido, no lo creería; pero las cosas ocurrían, por ejemplo, así: «Catalans! -decía de pronto el speaker-: Catalans! Catalans!... Atenció! Atenció!... Us va a parlar el Conseller de Gobernació de la Generalitat de Catalunya.» Y, en efecto, el general en jefe de las tropas catalanas se ponía al micrófono, dos, cinco, diez veces, y decía cosas como estas: «Catalans! Les tropes del Govern monarquitzant i feixista han provat d'assaltar la Cancillería de Gobernació i la Generalitat, peró han estat retxassades (sic) victoriosament, Visca Catalunya!» Pero más tarde, a medida que avanzaba la noche y crecía la angustia de los radioescuchas, el Consejero comenzó a gritar por la radio: «Catalans! Dempeus! Catalans! Alceu-vos en armes!» Pero, ¿para qué? ¿No estaban ya alzados, a aquellas horas, cuantos debían alzarse? Probablemente no, porque el extraño general que peroraba, más que combatía, continuaba llamando con la mayor urgencia a los socialistas, a los «rabassaires», a todo el que quisiera darse por aludido, hasta a los comunistas.

¿Un hombre de gobierno, pidiendo auxilio a los comunistas?... Poco después, con voz ya extenuada, se dirigían verdaderos y claros llamamientos a los pueblos cercanos a Barcelona para que mandasen a toda prisa refuerzos. ¿Refuerzos a los vencedores? ¿Y cómo podían venir, a altas horas de la noche, sin saber qué hacer, y dónde ni a quién dirigirse?.... Y así estábamos millares de catalanes, desconcertados y embrutecidos, oyendo cosas descomunales y sin poder hacer nada. Y lo más terrible es que, después de las noticias o las alocuciones tremendas, el speaker decía con una naturalidad espeluznante: «Vamos a continuar con Les Flors de Maig, de Clavé.» Y, en efecto, de aquel abismo sonoro, al que estábamos asomados con el alma entera desde hacía diez horas, mirando qué se decidía en su fondo vertiginoso, si la ruina o la salvación de la patria, surgían, insoportables, horribles, como mofas o blasfemias, unas voces melifluas cantando: Sota d'un sálzer -sentada una nina... Yo creo que nunca más podré escuchar, sin un estremecimiento de horror instintivo, esas abominables melodías.

Llegó un momento, ya a altas horas de la noche, en que el Consejero parecía poseído materialmente de una suerte de delirium tremens revolucionario. Llamaba a los catalanes, llamaba a los demás españoles, llamaba a las sombras de la noche, y las llamaba en castellano, con voces embarulladas y febricitantes. Una vez, acabó dando un gran «¡Viva España!», y en torno a ese grito resonaron nerviosos aplausos. ¿De quiénes?... Yo no podía más.

A las tres y media oí vagamente que todos los concejales estaban reunidos en el Ayuntamiento, para tomar acuerdos. También dijeron -y esto ya lo recuerdo como en el final de una pesadilla espantosa- que los «nuestros» habían tenido sólo nueve bajas y «el enemigo» muchísimas más; y, finalmente, que las fuerzas de la Generalidad habían copado un pelotón de soldados, haciendo treinta prisioneros, «que han sido desarmados y tratados como prisioneros de guerra».

Seguían los discos, y yo, rendido de cansancio -desde las cuatro de la tarde de ayer, hacía doce horas, estaba escuchando la radio-, corté la comunicación y me quedé dormido en mi asiento.

Domingo, 7.- ¿Dormido? No sé. Pero una hora después, a eso de las cinco y cuarto, la primera luz de alba, entrando por el ventanal abierto -que dejé oscuro, y ahora veo lleno de pálida luz-, me despierta con sobresalto. Un silencio asombroso. Me levanto. Me asomo a la barandilla. Miro hacia Barcelona. Una franja de cielo rojizo detrás de Montjuich. Una colcha de vaho y de niebla caliginosa, sobre la ciudad extendida. Ya sólo brillan tres o cuatro luces entre el caserío. Las fachadas lejanas tienen la palidez mate del amanecer. Escucho atentamente: ni el más leve ruido. Todo está callado, todo está desierto. Dos pájaros vuelan sin remover el aire, por el paseo de la Bonanova, de árbol en árbol. Miro al aparato de radio, a la caja infernal. ¿Qué pasará? ¿Qué habrá ocurrido en esa hora escasa que he dormido?

Temo saberlo. Pero el silencio es también otro tormento. Me acerco al conmutador. Le doy vuelta. Se enciende la lamparilla mágica. El corazón me tiembla, como el pulso. Un leve chasquido y ¡aquí está la misteriosa onda sonora! ¿Qué dice? Está mal regulada; no entiendo. Manejo las claves y... ¡santo Dios! ¡¡¡Todavía están cantando!!! Es inexplicable. Oigo Los Pescadors, de Clavé, las Fulles seques, de Morera; el Himno de Euzkadi, una alborada gallega. Estoy espiando lo que dirá el speaker después de cada pieza. Pero el speaker, con voz enronquecida y aliento exhausto -es el mismo de anoche, está ahí, como yo, desde ayer-, al terminar un disco se limita a declarar cruelmente: «Acabem d'oir Els Segadors. Ara oirem La Santa Espina.» Y repite lo mismo en castellano. ¡Nada más!

La musiquilla me destroza el alma. Pero, ¿cómo suprimirla? Si la quito me expongo a perder la palabra reveladora, la noticia anhelada. Soy como un miserable condenado a atravesar con pies descalzos un banco de ostras perleras, que le hieren y desgarran las plantas con sus cortantes aristas, y con todo, no sabe, no puede dejar de ir pisándolas y abriéndolas de una en una, temeroso de que si desprecia una sola, será la salvadora, la que contiene el codiciado tesoro.

Siento frío. Me pongo a pasear por la habitación. La luz va creciendo en silencio. La franja roja ha desteñido por todo el cielo, ahora de color de rosa. ¡Qué amanecer sereno! Están haciendo los días más espléndidos, más insolentemente bellos del otoño. El cielo y el aire, en su infinita indiferencia, tienen una serenidad aplastante.

Del mar lejano brota un rayo de sol que viene a pintar de luz la jaula de un balcón vecino. El ave prisionera se desvela y lanza un trino purísimo, de agradecimiento. Pasa otro rato de silencio. Dan las seis en la torre parroquial de Sarriá: suenan claras, lentas, casi luminosas, en el aire mañanero. No puedo más: la luz me ciega. Voy a irme a la cama. Y, de pronto, una voz nueva, grave, dice textualmente: «Atenció! Atenció! Atenció! Catalans! Catalans! Catalans!... Se us parla des del Palau presidencial de Catalunya... Atenció! Atenció! Atenció!... El President de la Generalitat, considerant esgotada tota resisténcia, i a fi d'evitar sacrificis inútils, capitula. Y aixi acaba de comunicar-ho al comandant de la quarta divisió, senyor Batet.»

¡Cómo! ¿Qué?... Lo repiten una vez y otra vez, hasta cuatro o cinco, en catalán y lo declaran también en castellano. Yo me dejo caer sobre un taburete, con la sangre helada en las venas, estupefacto, estúpido, mirando delante de mí. Debo de tener la expresión del hombre que se queda ciego instantáneamente. ¡Y para eso se declaró ayer la guerra, a las ocho de la noche! ¿Para perderlo todo diez horas después? ¿para que la Generalidad, tras de haber tenido todo el tiempo deseable, toda la libertad de movimientos apetecibles para preparar esta aventura, y después de no haber sido compelida ni obligada a emprenderla, sino de haber tomado ella misma la iniciativa, y escogido la coyuntura, la hora precisa que más le convenía, haya acabado dando a los enemigos de Cataluña el enorme gustazo de verla descartada, reducida a la impotencia, anonadada, en un abrir y cerrar de ojos, y a sus amigos el dolor de tener que abandonarla como se abandona un demente?...

A la segunda vez de oír la capitulación tremenda, como si mi cerebro fuese de cera blanda, me sé ya de memoria todas las palabras. Mientras el speaker las va repitiendo, yo se las dicto un instante antes, como un apuntador sonámbulo. La palabra CAPITULA la veo tan inmensa, que me tapa por completo toda la luz del día. Y un largo rato, a solas, de mis ojos que ya no ven nada, y de mi corazón, que ya no puede sentir más, se me saltan en silencio, involuntariamente, inútilmente, las lágrimas. 

jueves, 1 de octubre de 2020

Stalin y la Rusia eterna

El otro día encontré en Internet este icono de Stalin, en el que aparece con la cruz en la mano derecha, una aureola e iluminado por el Espíritu Santo. A izquierda y derecha de su imagen tenemos dos episodios de su vida: la visita a la Matrona Nikonova en 1941, y su muerte, que el autor del icono atribuye a médicos judíos, aludiendo al complot de los médicos, detonante de la última purga ideada por Stalin.


La Matrona Nikonova es santa (staritsa) de las iglesias ortodoxas rusa y rumana. Nació sin ojos, y desde pequeña se le atribuyó el don de la profecía y la sanación. Murió en 1952 (se dice que predijo su muerte con tres días de antelación), y hoy en día hay que hacer de tres a cuatro horas de cola para hacer una breve visita a su tumba.

El episodio representado a la izquierda del icono sucedió al principio de la invasión alemana de la Unión Soviética. En aquel momento, Stalin dudaba entre huir de Moscú para evitar ser capturado por los nazis, o permanecer en la ciudad. Se dice que Stalin visitó a la Matrona en busca de consejo, y que ésta le aseguró que si Stalin permanecía en Moscú, la ciudad no sería conquistada por los alemanes. En este enlace hay una narración detallada del episodio, de dudosa verosimilitud.



Esta imagen, expuesta en una iglesia del distrito de San Petersburgo, muestra con más detalle el episodio. Según Evstafy Zhakov, portavoz de la iglesia ortodoxa rusa, Stalin es "uno de los padres de la nación rusa, por malvado que sea" (fuente).

La escena de la derecha del icono atribuye la muerte de Stalin a médicos judíos. Aquí se mezclan dos episodios de la vida de Stalin: su muerte y el complot de los médicos. En 1952, dos años antes de su muerte, nueve médicos de origen judío fueron acusados de recetar tratamientos inadecuados a altos miembros del Partido y del Ejército, para acabar con sus vidas. Stalin aprovechó este presunto complot de los médicos para iniciar una purga. Ésta se inició en un discurso de Stalin en el Politburó en diciembre de 1952:
Todo sionista es agente del espionaje estadounidense. Los nacionalistas judíos piensan que su nación fue salvada por los Estados Unidos, allá donde ellos pueden hacerse ricos y burgueses. Piensan los judíos que tienen una deuda con los estadounidenses. Entre los médicos, hay numerosos sionistas.
Es el inicio de una campaña antijudía en los países del bloque comunista. Gran número de médicos judíos son arrestados en la Unión Soviética, en lo que se cree el inicio de una purga de los judíos en la Unión Soviética. Quizá este hecho influyó en que Stalin no recibiera asistencia médica en las primeras veinticuatro horas del derrame cerebral que tuvo el 1 de marzo de 1953, que le causó la muerte cuatro días más tarde. Lo cierto es que nadie del círculo inmediato de Stalin llamó a un médico ese día.

jueves, 10 de septiembre de 2020

En la belleza ajena

 Durante unos días estuvo alojado en casa el ejemplar de En la belleza ajena de Isabel Núñez editado por Pretextos. Forma parte del fondo especial constituido por la donación de Isabel Núñez a las bibliotecas públicas de Barcelona.

Dedicatoria de Adam Zagajewski:

Ex-libris de Isabel Núñez:


Usuarios de Twitter (agosto de 2020)

 Una categorización de usuarios de Twitter, tal como están las cosas en la red social de microblogging en agosto de 2020:



martes, 28 de julio de 2020

Twitter versus WhatsApp

En un estudio iniciado en 1950 en Alemania sobre la relación entre los alemanes jóvenes y el recientemente derrotado nacionalsocialismo, se encontró el siguiente fenómeno:
(...) una "opinión guardada a puerta cerrada, no pública, cuyo contenido puede diferir muy notablemente del contenido de la opinión pública propiamente dicha, pero cuyas tesis circulan junto a las tesis de la opinión pública igual que las unidades monetarias de una segunda divisa" (1)
Ahora somos setenta años más viejos y tenemos Internet, así que hemos podido comprobar que lo que parecía un fenómeno propio de grupos radicales de derecha puede estar extendido en amplios sectores de la población. En este artículo de The Guardian se muestra cómo actuamos en las diferentes redes sociales: cuando intervenimos en Twitter sabemos que estamos sometidos a escrutinio público, y cuando lo hacemos en grupos cerrados de Facebook o de WhatsApp estamos sometidos al escrutinio de grupo. En Twitter y Facebook es fácil actuar según el consenso social establecido por la corrección política, mientras que cuando intervenimos en grupos de WhatsApp buscamos la aceptación del grupo.

--------

(1) Referenciado en el epílogo escrito por Volker Weiss de la conferencia de Theodor W. Adorno Rasgos del nuevo radicalismo de derecha, publicado en castellano por Taurus. La cita se encuentra en la página 67 de la edición en castellano.

sábado, 25 de julio de 2020

El Baudelaire de Walter Benjamin

Según El Cultural, esta imagen fue tomada en 1939 en la Biblioteca Nacional de Frankfurt. Por razones obvias, el año o el lugar han de ser incorrectos. Quiero creer que la foto fue tomada en la Biblioteca Nacional de París.

El Volumen 2 del Libro 1 de las Obras de Walter Benjamin, en la edición de Rolf Tiedemann y Hermann Schweppenhäuser, contiene el libro con título Charles Baudelaire. Un lírico en la época del altocapitalismo (en otras traducciones, Hochkapitalismus se traduce como apogeo del capitalismo).

Imagen icónica de Charles Baudelaire

En 1937 Walter Benjamin decide utilizar los materiales sobre Baudelaire del Libro de los Pasajes para escribir El París del Segundo Imperio en Baudelaire. El ensayo está organizado en torno a tres temas: la bohemia, el flâneur y la modernidad. Sometió el manuscrito a la consideración de los editores de la Zeitschrfit for Sozialforschung, en aquel momento ya en Nueva York. Tras un largo debate epistolar en torno al manuscrito con Theodor W. Adorno, Benjamin escribe Sobre algunos motivos en Baudelaire. Este ensayo iba a reemplazar la sección del flâneur del París. Inserta la obra de Baudelaire en la teoría de la durée de Bergson y la mémoire involontaire de Proust (el recuerdo que aparece con el olor de la madalena proustiana: Proust fue un atento lector de Baudelaire). Un Benjamin más intelectualizado y árido, influenciado por Adorno. Parque Central es una colección de fragmentos sobre Baudelaire, que han llegado en forma manuscrita. Para Lloyd Spencer, si el Libro de los Pasajes es la vasta y desordenada metrópolis histórica, Parque Central es el parque en su centro. Al escribir esto, Spencer tenía en mente más a Nueva York que a París, la ciudad de Walter Benjamin. 

sábado, 4 de julio de 2020

El que hem menjat



A los setenta y tres años, Josep Vergès le encarga a Josep Pla un libro sobre gastronomia, El que hem menjat. La edición original incluía fotos de Francesc Català Roca, de las que se ha prescindido en la edición de la Obra Completa de Destino, en la que ocupa íntegramente el volumen 22. Es una obra muy digresiva, valiosa sobre todo por la muestra de estilo planiano. Recogemos aquí algunos fragmentos:

Si hi ha una cosa pesada, en aquest món, són els embriacs. La profunditat dels embriacs és falsa.
(Els aperitius, p. 36)

L'all és, probablement, el fonament multisecular de la sobrietat espartana de la vida rural.
(Cuina de l'oli i cuina de la mantega. Les salses, p. 57)

L'home i la dona no es manifesten mai tal com són: gairebé sempre perquè creuen que no els convé; de vegades, perquè la seva expressivitat és escassa. A taula tot pot quedar lleugerament suavitzat i vagament intel·ligible dintre l'enorme plasticitat de l'espècie humana. L'única cosa real, en aquesta vida, és la solitut total.
(Formes de la pasta, p. 114)

És clar que els homes i les dones que poblem la naturalesa som tan monstruosos com els altres éssers d'aquest món, però hem acordat que el fet no és cert, perquè ens trobem dins un corrent cultural que, a l'antiga Grècia, inventà el canon humà, i encara en vivim.
(La cuina del peix, p. 255)

La cuina és l'art de valorar els contrastos, d'integrar-los, de fondre'ls. És un art orfeònic, per dir-ho en grec. Les integracions simfòniques culinàries no poden fer-se amb elements absolutament aberrants, sinó amb elements diferents, capacitats per a produir, amb al seva fusió en la seva composició, un element nou i de qualitats superiors al de la seva primarietat.
(La cuina del peix, p. 258)

De jove, vaig ésser sensible a l'allioli. Hi vaig accedir moltes vegades. Vaig passar molts anys bevent, fumant, llegint i enraonant. No vaig arribar a ésser mai un orador apreciable. La meva solitud fou total. El tuf de l'all era insuportable, peo la solitud fa totalment innecesaris tots els sentits personals. De vell vaig deixar moltes coses enrera.
(Salsa a la maonesa i allioli, p. 367)

Com més densa és la població i les comunicacions més còmodes i fàcils i més assequible és el tracte amb les persones, més gran és la solitud i més notòria és la situació marginal.
(Cuines d'estiu: plats de festa major, p. 383).

(...) calia inventar un cafè basat en la pura il·lusió de l'esperit, és a dir, el cafè innocu i de tota confiança per a víscera anímica. La necessitat era forta, atesa, sobretot, la presència d'una fabulosa quantitat de gent que no aspiren més que a la seguretat i l'immobilisme - gràcies al socialisme.
(Cafè descafeinat, p. 525)

lunes, 15 de junio de 2020

Angelus Novus





Klee pintó la acuarela Angelus Novus en 1920, y Benjamin la adquirió en 1921. La guardó primero en el apartamento de Gershom Scholem y Elsa Burchardt, quienes se la enviaron a Berlín a finales de noviembre. Benjamín se la llevó consigo en el exilio,  y sólo cuando tuvo que abandonar París se la confió a Georges Bataille junto con sus documentos. Actualmente se encuentra en el Museo de Israel en Jerusalén. Angelus Novus inspiró la Tesis IX sobre el concepto de Historia:

Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. Representa a un ángel que parece estar a punto de alejarse de algo a lo que está clavada su mirada. Sus ojos están desencajados, la boca abierta, las alas desplegadas. El ángel de la historia tiene que parecérsele. Tiene el rostro vuelto hacia el pasado. Lo que a nosotros se presenta como una cadena de acontecimientos, él lo ve como una catástrofe única que acumula sin cesar ruinas sobre ruinas, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer los fragmentos. Pero desde el paraíso sopla un viento huracanado que se arremolina en sus alas, tan fuerte que el ángel no puede plegarlas. El huracán le empuja irresistiblemente hacia el futuro, al que da la espalda, mientras el cúmulo de ruinas crece hasta el cielo. Eso que nosotros llamamos progreso es ese huracán.

Referencias

El texto de la tesis IX está tomada de http://www.mural-abad.net/castellano/1_1.html. Es la traducción de Reyes Mate, en: Medianoche en la historia. Comentarios a las Tesis de Walter Benjamin Sobre el concepto de historia, Madrid: Trotta, 2006, p. 155.
La información sobre la acuarela está tomada de la edición de Abada de las Obras de Walter Benjamin (libro 1, volumen 2).

domingo, 14 de junio de 2020

La decadencia de la civilización occidental

La contribución de Jordi Llovet a La universidad cercada: testimonios de un naufragio se titula Diálogos estériles y una carta. Relata su desafortunada participación en una comisión promovida por Cristina Garmendía para la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior en la universidad española. Gran parte de la contribución es una carta enviada al Director General de Universidades de la época, Felipe Pétriz, resumiendo sus opiniones al respecto. La carta es impagable, y ella sola justifica la compra del volumen.

Para Jordi Llovet, la universidad ha de ser "una especie de resto medieval-renacentista-ilustrado del prestigio de la aristocracia espiritual y del mérito", en la que han de tener un papel principal los estudios de letras, pues "las enseñanzas de informática, tan en boga, resultan en poca cosa si se comparan con las enseñanzas de la literatura, de la filosofia y aun de la teología". En todo caso, la humanidad va cuesta abajo al menos desde el siglo XIX. Así lo atestiguan dos citas de Jordi Llovet de la correspondencia de Flaubert. Ya en 1872, Flaubert se quejaba amargamente a su amigo Iván Turgéniev en los siguientes términos:
¿Ha leído usted la circular de Simon acerca de la educación pública? El párrafo dedicado a los ejercicios físicos es más largo que el dedicado a la literatura francesa. ¡Dónde iremos a parar!
El que les escribe no puede estar más de acuerdo con el maestro. Pues grande fue su alegría cuando, a llegar a COU, desapareció para siempre la educación física del cuadro de asignaturas. Aunque no sé si compartir la otra opinión de Flaubert que Llovet espiga de su correspondencia:
¡Menudo jaleo ha provocado la industria en el mundo! ¡Qué escandalosa es la máquina! A propósito de la industria, ¿has pensado alguna vez en la cantidad de profesiones idiotas que genera y la cantidad de estupidez que, a la larga, engendrará?
Como cometí el error de estudiar ingeniería industrial, siento ahora remordimientos de conciencia por contribuir a la decadencia de la civilización occidental que se inició, según Jordi Llovet, con la llegada de la Revolución Industrial.

domingo, 31 de mayo de 2020

A finales de Enero


Los que aparecen en la fotografía de la portada son Dolores Ruiz (1946-2015), Enrique Ruano (1947-1969) y Javier Sauquillo (1947-1977). Enrique y Javier murieron a finales de enero: Enrique cayendo de un séptimo piso cuando estaba custodiado por dos policías, y Javier en la matanza de Atocha. Fueron compañeros sentimentales de la tercera víctima, Dolores Ruiz. Eran hijos de familias acomodadas identificadas con el régimen franquista, que empezaron derecho en Madrid a finales de los sesenta. Allí empezaron a militar en el FLP. En los setenta, Dolores y Javier pasaron al PCE.

En el documental Eramos Pocas podemos ver a Dolores junto con otras mujeres con trayectoria vital similar: Manuela Carmena, Cristina Almeida o Elisa Maravall. Podemos ver que a ella le poco la peor parte.

El período conocido en la historia de España como Transición tuvo un nivel de violencia política mucho mayor de los que se suele reconocer. Esta violencia política es mucho más determinante en la actual política española que la de la Guerra Civil, mucho más intensa pero más lejana en el tiempo.

domingo, 24 de mayo de 2020

Obituario: Randall Jacobs (1955-2020)


Phoenix - Randall Jacobs of Phoenix died at age 65, having lived a life that would have sent a lesser man to his grave decades earlier. His friends called him RJ, but to his family he was Uncle Bunky, a.k.a. The Bunkster. He told his last joke, which cannot be printed here, on May 4th, 2020.

Uncle Bunky burned the candle, and whatever else was handy, at both ends. He spoke in a gravelly patois of wisecracks, mangled metaphors, and inspired profanity that reflected the Arizona dive bars, Colorado ski slopes, and various dodgy establishments where he spent his days and nights. He was a living, breathing "hang loose" sign, a swaggering hybrid of Zoni desert rat, SoCal hobo, and Telluride ski bum.

A prolific purveyor of Bunky-isms such as "Save it, clown!" (or "Zeebo" if he was in a mood), he would mercilessly tease his "goombatz" nephews with nicknames such as "mud flap" and "style master." Just days after his beloved cat Kitters passed away, he too succumbed to "The Great Grawdoo", leaving behind a vapor trail of memories and a piece of sage advice lingering in his loved ones' ears: "Do what Bunky say. Not what Bunky do."

For all his chaotic energy and hysterical charm, he had a gentle soul. A night out with Bunky could result in a court summons or a world-class hangover, but his friends and family would drop whatever they were doing to make a trip out to see him. His impish smile and irreverent sense of humor were enough to quell whatever sensibilities he offended. He didn't mean any harm; that was just Bunky being Bunky.

When the end drew near, he left us with a final Bunkyism: "I'm ready for the dirt nap, but you can't leave the party if you can't find the door."

He found the door, but the party will never be the same without him.

In lieu of flowers, please pay someone's open bar tab, smoke a bowl, and fearlessly carve out some fresh lines through the trees on the gnarliest side of the mountain.

sábado, 25 de abril de 2020

Inventario de 2019

Enero

Comprados

2 de enero
George Orwell
Essays
Penguin Modern Classics. 466 páginas. ISBN 978-0-141-18306-0

11 de enero
Michel Houellebecq
Serotonina
Anagrama: Panorama de Narrativas, 994 (2019). 282 páginas. ISBN 978-84-339-8022-9

12 de enero
Rafa Latorre
Habrá que jurar que todo esto ha ocurrido.
La Esfera de los Libros, (2018). 252 páginas. ISBN 978-84-9164-457-6

Leídos

12 de enero
Marta Rojals
Primavera, estiu, etcètera
La Magrana, 300 (2012, primera edición de 2011). 365 páginas. ISBN 978-84-8264-966-5
Préstamo de la Biblioteca Vallcarca i els Penitents. M. Antonieta Cot.
Novela costumbrista.

19 de enero
Michel Houellebecq
Serotonina
No es la mejor novela de Houellebecq, pero ha supuesto su consagración popular como el Baudelaire del capitalismo tardío.

21 de enero
Rafa Latorre
Habrá que jurar que todo esto ha ocurrido.
Título elocuente.

Febrero

Comprados

13 de febrero
Santiago Gerchunoff
Ironía on: Una defensa de la conversación pública de masas
Nuevos Cuadernos Anagrama 13 (2019). 75 páginas. ISBN 978-84-339-1626-6

16 de febrero
Nigel Barley
El antropólogo inocente
Anagrama. Crónicas 18 (2016, primera edición 1989). 235 páginas. ISBN 978-84-339-2518-3
Prólogo y notas de Alberto Cardín. Traducción de María José Rodellar

Charlotte Delbo
La mesura dels nostres dies
Club Editor, 78 (2019). 210 páginas. ISBN 978-84-7329-234-4
Traducción de Valèria Gaillard

Marta Orriols
Aprendre a parlar amb les plantes
Edicions del Periscopi. Escafandre, 10 (2018). 978-84-17339-11-1

Leídos

3 de febrero
Stanisław Lem
Máscara
Impedimenta (2013). 417 páginas. ISBN 978-84-15979-00-5
Traducción de Joanna Orzechowska.
Préstamo de la Biblioteca Vallcarca i els Penitents. M. Antonieta Cot.

5 de febrero
Jacques Vergès
La estrategia judicial en los procesos políticos
Anagrama, colección Argumentos 391 (2008, primera edición de 1970). 159 páginas. ISBN 978-84-339-6286-7
Relectura derivada de la actualidad. Procesos de connivencia o ruptura.

13 de febrero
Andrés Trapiello
Salón de pasos perdidos
4. las nubes por dentro
Ediciones Destino: colección Destinolibro 436 (2000, primera edición de 1994). 490 páginas. ISBN 84-233-3266-7
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster
Un descubrimiento. Conmovedora la muerte de Valentín Zapatero, compañero del autor en Editorial Trieste. A destacar también la noticia sobre la muerte de Felicidad Blanch, y la venta del legado de la familia Panero

18 de febrero
André Gide
No juzguéis: Apuntes sobre mis experiencias como jurado en el tribunal de Ruán.
Tusquets editores, Marginales 144 (1996).  248 páginas. ISBN 84-7223-933-
Traducción de Thomas Kauf
Incluye también El caso Redureau, La secuestrada de Poitiers y una recopilación de sucesos. Se dice que si eres culpable es mejor que te juzgue un jurado, y que si eres inocente un juez.
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.

22 de febrero
Nigel Barley
El antropólogo inocente
La desconcertante vida del antropólogo haciendo trabajo de campo en África. O de cómo todo un pueblo se divierte tomando el pelo al hombre blanco.

27 de febrero
Santiago Gerchunoff
Ironía on: Una defensa de la conversación pública de masas
La reacción contra la ironía proviene de la nostalgia de una conversación pública racional entre personas ilustradas. Conversación que posiblemente nunca existió. Es síntoma, por tanto, de un provincianismo histórico, el que asegura que estamos a hombros de gigantes y que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Marzo

Comprados

6 de marzo
VV. AA.
Savis, bojos i difunts
Editorial Malesherbes: Distorsions 52, (2019). 284 páginas. ISBN 978-84-947800-7-3

23 de marzop
Marco Aurelio
Pensamientos para mí mismo
Errata Naturae (2017). 250 páginas. ISBN 978-84-16544-53-0
Traducción de Joaquín Delgado. Ilustraciones de Scott Pennor.

31 de marzo
Enrique de Hériz
Mentira
Edhasa, Pocket 236 (2006). 637 páginas. ISBN 978-84-350-1756-2

Leidos

4 de marzo
Andrés Trapiello
Miseria y compañía
Pre-Textos contemporánea (2013). 401 páginas. ISBN 978-84-15576-53-2
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
Salón de pasos perdidos (18).
El autor se rompe el tobillo por tres sitios.

8 de marzo
Charlotte Delbo
La mesura dels nostres dies
Regresar de Auschwitz.

16 de marzo
Andrés Trapiello
Las inclemencias del tiempo
Pre-Textos contemporánea (2001). 487 páginas. ISBN 84-8191-423-1
Salón de pasos perdidos (10). Año 1996.
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
En ese año, el Instituto Cervantes tenía un amplio presupuesto para conferenciantes. Un encuentro casual con Presidente Aznar en el puente aéreo proyecta al autor a las páginas de La Vanguardia. En diciembre, viaje planiano.

19 de marzo
Stanislav Lem
Solaris
Si alguna vez se produjera el Contacto, sería más como en Solaris que como en Encuentros en la Tercera Fase. Es curioso cómo nos ha dejado de preocupar la posibilidad de Contacto. Ya no se ven ovnis...

31 de marzo
Álvar Núñez Cabeza de Vaca
Naufragios
Ediciones Jaguar (?). 103 páginas. ISBN 84-89960-54-2
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
Increíbles peripecias de un Adelantado de Su Majestad. Al parecer, la primera crónica de viajes de Norteamérica (se publicó en 1555, y el viaje acabó el 9 de agosto de 1537). Puede consultarse en este enlace.

Abril

Regalados

23 de abril
Robert Musil
El hombre sin atributos
Austral 634 (1969, 2016). Editorial Planeta / Seix Barral.
Volumen I: 684 páginas. ISBN 978-84-322-4812-2. Traducción de José M. Sáenz.
Volumen II: 871 páginas. ISBN 978-84-322-4813-9.  Traducción de Feliu Formosa y Pedro Madrigal.
Edición definitiva completa revisada por Pedro Madrigal según la edición establecida por Adolf Frise en 1978.

E. M. Forster
Algunos libros: las charlas de E. M. Forster en la BBC
Alpha Decay, 110 (2018). ISBN 978-84-948210-3-5
Selección y prólogo de Gonzalo Torné
Epílogo de Zadie Smith

Leídos

VV. AA.
Savis, bojos i difunts
El decadentismo francés optó por el refinamiento, el catalán por lo truculento.

11 de abril
Jorge Semprún
Federico Sánchez se despide de ustedes
Tusquets, Colección Andanzas 202 (1993). 316 páginas. ISBN 84-7223-698-6
Préstamo de la Biblioteca Sagrada Familia - Josep M. Ainaud de Lasarte
La experiencia de Jorge Semprún como ministro de cultura. Muy complaciente con Felipe González, nada complaciente con Alfonso Guerra. Llama la atención que exponga las razones de la caída del PSOE del Gobierno sin referirse al GAL.

16 de abril
José Enrique Ruiz-Domènec
Informe sobre Catalunya: una història de rebel·lia (777-2017)
Rosa dels Vents, 2018. 264 páginas. ISBN 978-84-16930-82-1
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
Sobre la Catalunya del siglo XV: "(...) es vivia en una tibantor extrema entre el seny, que es basava, va escriure Anselm Turmeda, "en l'elogi dels diners que de tort fan veritat", i la rauxa, que prioritzava el fet de morir per la pàtria al benestar social." (p. 114).
"Una terra que ha sentit dir a la seva gent tantes vegades que el poder no era legítim si no es confirmava amb un pacte sobre les lleis i tradicions és una terra que estimula l'esperit de rebel·lia". (p. 249).

22 de abril
Jaume Vicens Vives
Notícia de Catalunya: Nosaltres els catalans
Editorial Vicens Vives, 2010 (reedición de la segunda edición, de marzo de 1960). 219 páginas. ISBN 978-84-316-9658-0
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster.
Este libro se ha de leer antes del del Ruiz-Domènec. J. Pujol sacó de él la noción de "voluntad de ser" de los catalanes. Intento, no siempre exitoso, de salir del marco de la historiografía romántica sobre Catalunya. Alguien tendría que extender a la actualidad la tercera parte del libro.

30 de abril
Andrés Trapiello
Apenas sensitivo
Pre-Textos Contemporánea (2011). 378 páginas. ISBN 978-84-15297-07-9
Salón de pasos perdidos, 17 (2003)
Préstamo de la Biblioteca Sagrada Familia - Josep M. Ainaud de Lasarte
Los lectores de este libro agradecerán saber que Ana María Matute formaba parte del jurado del Premio Nadal de 2003, que ganó el autor con Los amigos del crimen perfecto. El autor llega a los cincuenta años y, como bien sabe éste que les escribe, es algo siempre problemático. Regreso al internado de su infancia, en el León de los años sesenta.

Mayo

Comprados

15 de mayo
Lucía Litjmaer
Ofendiditos: sobre la criminalización de la protesta
Anagrama. Nuevos cuadernos Anagrama, 20 (2019). 83 páginas. ISBN 978-84-339-1630-3

25 de mayo
Steven Strogatz
Sync: the emerging science of spontaneous order
Penguin Science (2003). 338 páginas. ISBN 978-0-14-100763-2

Leídos

9 de mayo
Andrés Trapiello
El buque fantasma
DestinoLibro 469, (2003, primera edición de 1992). 286 páginas. ISBN 84-233-3534-8
Préstamo de P. F.
Si el Madrid de los cuarenta era la colmena, el Valladolid de los setenta era el buque fantasma. El Bildungsroman que se merece la época y el lugar. Una ciudad, un país, unas personas dejadas de la mano de Dios ya demasiado tiempo...

16 de mayo
Lucía Litjmaer
Ofendiditos: sobre la criminalización de la protesta
Un libro más sobre estrategias de debate en las redes. Unos y otros utilizan con profusión las falacias del hombre de paja y las diversas varas de medir según sean de tu bando o no.

Junio

Comprados

4 de junio
Victoria Cirlot
Visión en rojo
Siruela. El árbol del paraíso, 96 (2019). 160 páginas. ISBN 978-84-17860-09-7

Julio

Leídos

24 de julio
Robert Musil
El hombre sin atributos
Acabar un libro como éste es como irse de un lugar en el que has estado viviendo una temporada. Tantas páginas dan para mucho: retrato del principio del fin del imperio austrohúngaro, tratado filosófico sobre el sentimiento. Alguien me ha hecho ver que el nombre de Clarisse en El silencio de los corderos puede venir de este libro.

28 de julio
Andrés Trapiello
Salón de pasos perdidos: 2. Locuras sin fundamento
Destino. DestinoLibro, 423 (1999, primera edición de 1993). 315 páginas. ISBN 84-233-3111-3
Préstamo de P. F.
Ya a los treinta y cinco años era Trapiello contrario a la originalidad, y por tanto al arte contemporáneo. Su aspiración es escribir unas líneas en el libro común de la poesía. Aparecen los escritores que toman whisky y almendras saladas. Hay necrológica de Marià Manent, y la primera intención de El buque fantasma.

Agosto

Comprados

6 de agosto
Andrés Trapiello
Las armas y las letras
Destino, Imago Mundi 167. (2010, edición corregida y aumentada). 636 páginas. ISBN 987-84-233-4191-7 En este libro más que en otros, vale la pena hacerse con la edición en tapa dura y actualizada. Leídos

Leídos

4 de agosto
E. M. Forster
Algunos libros: las charlas de E. M. Forster en la BBC
En los años treinta y cuarenta, el escritor E. M. Forster dio charlas mensuales sobre libros y literatura, muchas de ellas emitidas en India. En cada charla presenta entre uno y tres libros, indicando para quién pueden ser de interés. Vistas hoy, son apreciaciones críticas valiosas, expuestas en un estilo que huye del intelectualismo.

10 de agosto
Ambroise Bierce
Diccionario del diablo
Libros del Zorro Rojo (2017). 143 páginas. ISBN 978-84-946506-8-0
Préstamo de la Biblioteca El Clot-Josep Benet

12 de agosto
Vladimir Nabokov
Strong Opinions
Vintage International (1990). 335 páginas. ISBN 0-679-72609-8
"I think like a genius, I write like a distinguished author, and I speak like a child." Las entrevistas a Nabokov son un género literario, y el personaje que emerge de ellas no es la menor creación de su autor.

21 de agosto
Andrés Trapiello
Las armas y las letras
Libro resultado de la afición de Trapiello por las librerías de viejo del Rastro y la Cuesta del Moyano. O al revés. Una obra de referencia sobre el papel de los escritores y artistas en la Guerra Civil. Muchos de los que hablan de este tema se han servid de este libro, reconociéndolo o no. Significativamente, esta obra de referencia está escrita lejos de las instituciones y los hábitos de la academia.

27 de agosto
Gaziel
Meditacions en el desert (1946-1953)
L'Altra Editorial (2018, primera publicación en 1974). 317 páginas. ISBN 978-84-947829-8-5
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster
Los artículos que Gaziel no pudo publicar después de la guerra, cuando vivía en Madrid dirigiendo la editorial Plus Ultra. Buena lectura para aquellos que esperen ser socorridos alguna vez por el Reino Unido, o por su hermano menor, los Estados Unidos de América.

Septiembre

Comprados

Danilo Kiš
La buhardilla
Acantilado. Narrativa, 322. 107 páginas. ISBN 978-84-17346-68-3
Edición de Mirjana Miočinovič
Traducción del serbio de Luisa Fernanda Garrido Ramos y de Tihomir Pištelek

Leídos

1 de septiembre
Victoria Cirlot
Visión en rojo
Victoria Cirlot relaciona el contenido de las visiones de los místicos medievales con la obra de artistas del siglo XX, como Kandinsky o los informalistas. Para Victoria Cirlot, no encontramos correlato pictórico a la narración de las visiones de Juliana de Norwich hasta el siglo XX.

7 de septiembre
Natalia Ginzburg
Las pequeñas virtudes
Acantilado, 55 (2016, edición de 2002). 164 páginas. ISBN 978-84-95359-66-7
Libro de SSL
Un libro hermoso, como puede serlo la vida a veces.

16 de septiembre
Danilo Kiš
La buhardilla
Primera novela de Kiš. La bohemia yugoslava pasada por los espejos deformantes del Callejón del Gato. Incluye un extracto de la partida de nacimiento, escrito veinte años después. Prueba de que Kiš escribió mejor con el paso del tiempo.

Octubre

Leídos

4 de octubre
V. S. Naipaul
El escritor y el mundo: ensayos reunidos
Debate (2018). 622 páginas. ISBN 978-84-8306-924-0
Edición de Pankaj Mishra. Traducción de Flora Casas.
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster

21 de octubre
Steven Strogatz
Sync: the emerging science of spontaneous order

22 de octubre
Peter Handke
Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina o Justicia para Serbia
Alianza Actualidad (1996). 136 páginas. ISBN 84-206-4401-3
Versión española de Eustaquio Barjau y Susana Yunquera

24 de octubre
Peter Handke
Apéndice de verano a un viaje de invierno
Alianza Actualidad (1997). 102 páginas. ISBN 84-206-4405-6
Versión española de Eustaquio Barjau y Susana Yunquera

Releyendo estos dos Handke después de muchos años. La recepción del libro muestra que lo peor que puede hacer un escritor en detrimento de su imagen pública es criticar a los medios de comunicación. La crítica fue certera, dado el tono de la reacción.

Noviembre

Comprados

8 de noviembre
Iñaki Uriarte
Diarios (1999-2003)
Pepitas de Calabaza, Pepitas (50) - No ficción, 8 (2010). 184 páginas. ISBN 978-84-937671-4-3

10 de noviembre
Francisco Umbral
Mortal y rosa
Colección Millenium, 52 (1999).  157 páginas. ISBN 84-8130-169-8

Rafael Sánchez Ferlosio
Industrias y andanzas de Alfanhuí
Colección Millenium, 35 (2001). 157 páginas. ISBN 84-8130-281-3

Ambos libros de venta inseparable con El Mundo. Comprados a un euro cada uno en Vilanova, en domingo electoral.

15 de noviembre
Andrés Trapiello
El gato encerrado
Pre-Textos Contemporánea (1990,  tercera edición de 2010). 195 páginas. ISBN 978-84-92913-92-3
Salón de Pasos Perdidos, 1 (1987)
SPP comprado por Iberlibro. No está disponible en bibliotecas por lo que he alcanzado a ver, y sería el séptimo de la serie que leo.

30 de noviembre
Robert Walser
La passejada
Flâneur (2017). 99 páginas. ISBN 978-84-697-3608-1
Traducción de Teresa Vinardell Puig.
Seguido del ensayo Le promeneur solitaire de W. G. Sebald, traducido por Anna Soler Horta.

Leídos

11 de noviembre
Andrés Trapiello
El fanal hialino
Pre-Textos Contemporánea (2002). 624 páginas. ISBN 84-8191-517-3
Salón de pasos perdidos, 11 (1997)
Préstamo de la Biblioteca Central de Terrassa

21 de  noviembre
Stanley G. Payne
El colapso de la República: los orígenes de la guerra civil (1933-1936)
La Esfera de los Libros (2005).  613 páginas. ISNB 84-9734-327-1
Préstamo de la Biblioteca Central de Terrassa

24 de noviembre
Iñaki Uriarte
Diarios (1999-2003)

28 de noviembre
Manuel Chaves Nogales, José Díaz Fernández, Josep Pla
Tres periodistas en la revolución de Asturias
Libros del Asteroide, 188 (2017). 234 páginas. ISBN 978-84-17007-06-3
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia.
Edición con prólogo de Jordi Amat de tres testimonios de la revolución de Asturias de Octubre de 1934. La más extensa es la de José Díaz, que presenció directamente los hechos. Pla y Chaves Nogales hicieron sus crónicas una vez derrotados los revolucionarios. Resulta extraño que no se haya hecho una película sobre esta revolución. O quizá no. A guardar la apreciación de Pla de la comida asturiana: "El país dispone de una cocina abundante, un poco tosca, muy popular, alta en calorías".

Diciembre

Regalos de Navidad

Diógenes Laercio
Vidas y opiniones de filósofos ilustres
Lucina (2010). 534 páginas. ISBN 978-84-85708-82-6
Traducidas y comentadas por Luis-Andrés Bredlow

Philippe Lopate
Mostrar y decir: el arte de escribir no-ficción
Alba (2017). 272 páginas. ISBN 978-84-9065-324-1
Traducción de Amado Diéguez

Javier Padilla
A finales de enero
Tusquets Editores (2019). 400 páginas. ISBN 978-84-9066-657-9

Judea Pearl / Dana Mackenzie
The book of why: The new science of cause and effect
Penguin Science (2019). 418 páginas. ISBN 978-0-141-98241-0

Leídos

3 de diciembre
Javier Pérez Andújar
La noche fenomenal
Anagrama, Narrativas Hispánicas 622 (2019). ISBN 978-84-339-9871-2
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia.
En esta novela, Pérez Andújar antepone la verdad del personaje a su realidad, tal como él mismo dice en una nota final. Hay aquí un recuerdo para Rafael Metlikovez, la mitad de Accidents Polipoètics, y sobre todo para José Batlló, editor de poesía y fundador de Taifa. El personaje de Isis es una encarnación de Tina Gil.

6 de diciembre
Yascha Mounk
El pueblo contra la democracia: Por qué nuestra libertad está en peligro y cómo salvarla
Paidós Estado y Sociedad (2018). 282 páginas (410 con notas e índice onomástico). ISBN 978-84-493-3482-5
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia.
Un libro sobre un tema de interés capital, escrito con claridad y con propuestas relevantes. Los conceptos de democracia iliberal (democracia sin derechos)  y liberalismo no democrático (derechos sin democracia) son útiles para orientarnos en la actual situación política.

8 de diciembre
Robert Walser
La passejada
Suele atribuirse a Joseph Roth, Robert Walser y Franz Kafka la capacidad de predecir lo que ocurriría en Alemania y en Europa a partir de 1933. Voces desde los márgenes, lejos de la respetabilidad burguesa y el canon literario de la época.

11 de diciembre
Andrés Trapiello
El gato encerrado
El primer volumen del Salón de Pasos Perdidos. Incluye casi todos los elementos del género: Las Viñas y Madrid, el Rastro y la Cuesta del Moyano, el modo de referirse al autor, etc. Es muy divertido cómo explica lo que sucede en las conferencias de Caja de Ahorros, que evidentemente dice más de él que de las propias conferencias.

13 de diciembre
Robert Walser
Diario de 1926
La uÑa RoTa (2013). 75 páginas. Traducción de Juan de Sola Llovet. ISBN 978-84-95291-26-4
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia.
Uno de los últimos textos de Walser. Un ejemplo de literatura del yo en el que el yo se escapa, elusivo. No tan bueno como La passejada, en mi opinión.

20 de diciembre
Andrés Trapiello
El tejado de vidrio
Destinolibro 432 (1999, publicado en 1994). 334 páginas. ISBN 84-233-3168-7
Préstamo de la Biblioteca Jaume Fuster
Contiene reflexiones sobre el hecho de llevar un diario, un viaje a Nueva York. Despotrica sobre Alberti, tiene como referentes Cervantes y Galdós, y una relación complicada con Baroja. Como contiene recuerdos de 1989, hay historias sobre nietos de bibliómanos que venden los libros del abuelo para procurarse su sustento de heroína.

30 de diciembre
Robert Walser
Vida de poeta
Alfaguara (2003). 292 páginas. Traducción de Juan José del Solar. ISBN 84-204-2589-3.
Préstamo de la Biblioteca Vila de Gràcia
En estos relatos, Walser siempre está en camino o hospedado en pensiones baratas, vestido con demasiada ligereza y la mejor disposición. Conocer su vida hace que estos relatos sean alegres, pero al mismo tiempo tristes. Destaca Kleist en Thun y Frau Wilke.