sábado, 12 de marzo de 2016

Gentrificación

En su libro Matar al chino, Miquel Fernández explica (pp. 129-130) como se produce la gentrificación:

El protocolo que se utilizará en esta intervención será recurrente en los sucesivos planes urbanísticos pensados para zonas habitadas poco rentables económica o políticamente. La estrategia era la de provocar confusiones convirtiendo hechos particulares en generales, disfrazando intereses privados como si fueran colectivos y estigmatizando o ignorando completamente la presencia de los afectados por las reformas. Los grandes proyectos urbanísticos en esta nueva época empiezan a gestarse cuando se atribuye a un barrio determinado una centralidad y, por lo tanto, una nueva posibilidad de producir plusvalías inmobiliarias. 
Seguidamente, se aprovecha algún hecho infamante ocurrido en el barrio para iniciar una campaña de descrédito y estigmatización por parte de los medios de comunicación que colabore en la definición de la zona como «hostil» o «problemática» y que, en consecuencia, reclama una intervención contundente. Dicha contundencia suele expresarse fatalmente con el proyecto de destrucción de fincas o de manzanas enteras, que deberá «higienizar» o «esponjar» el terreno.  
Las expropiaciones e indemnizaciones a los vecinos también suelen estar rodeadas de sospechas sobre la insuficiencia o el regateo de los recursos destinados y las garantías para mantener a estos habitantes afectados en el barrio. Una vez «esponjada» la zona, se construyen equipamientos y nuevas viviendas destinadas al consumo de población con niveles adquisitivos progresivamente más elevados que la de los residentes históricos. Y, finalmente, empieza a desembarcar esa nueva población con un mayor poder adquisitivo. Éste será el último paso para hacer irse a los vecinos que aún no lo han hecho, como resultado directo de las expropiaciones o indemnizaciones mencionadas.


Puede encontrarse información complementaria en este artículo, que el autor escribió con pseudónimo en 2011.