Para Jordi Llovet, la universidad ha de ser "una especie de resto medieval-renacentista-ilustrado del prestigio de la aristocracia espiritual y del mérito", en la que han de tener un papel principal los estudios de letras, pues "las enseñanzas de informática, tan en boga, resultan en poca cosa si se comparan con las enseñanzas de la literatura, de la filosofia y aun de la teología". En todo caso, la humanidad va cuesta abajo al menos desde el siglo XIX. Así lo atestiguan dos citas de Jordi Llovet de la correspondencia de Flaubert. Ya en 1872, Flaubert se quejaba amargamente a su amigo Iván Turgéniev en los siguientes términos:
¿Ha leído usted la circular de Simon acerca de la educación pública? El párrafo dedicado a los ejercicios físicos es más largo que el dedicado a la literatura francesa. ¡Dónde iremos a parar!El que les escribe no puede estar más de acuerdo con el maestro. Pues grande fue su alegría cuando, a llegar a COU, desapareció para siempre la educación física del cuadro de asignaturas. Aunque no sé si compartir la otra opinión de Flaubert que Llovet espiga de su correspondencia:
¡Menudo jaleo ha provocado la industria en el mundo! ¡Qué escandalosa es la máquina! A propósito de la industria, ¿has pensado alguna vez en la cantidad de profesiones idiotas que genera y la cantidad de estupidez que, a la larga, engendrará?Como cometí el error de estudiar ingeniería industrial, siento ahora remordimientos de conciencia por contribuir a la decadencia de la civilización occidental que se inició, según Jordi Llovet, con la llegada de la Revolución Industrial.
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