jueves, 25 de octubre de 2012

Los premios literarios: El caso Marías

Acabamos de recibir la noticia de que Javier Marías va a rechazar el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Narrativa, por su última novela Los enamoramientos. Siempre es estimulante que un escritor rechace un premio, porque suele crearse un vivo debate en torno a la cuestión. Si la situación social y económica no fuera la que es, estaría tentado de decir que hemos dado un paso más en nuestra homologación con Europa.

Dado que Javier Marías fue uno de los introductores de Thomas Bernhard en España, no podemos dejar de recordar este fragmento de El sobrino de Wittgenstein, que hace referencia al hecho de aceptar un premio literario:

"Hasta los cuarenta años me sometí a la humillación de esas concesiones de premios. Hasta los cuarenta años. Dejé que me defecaran en la cabeza en esos ayuntamientos y salones de actos, porque una entrega de premios no es otra cosa que una defecación en la cabeza de uno. Aceptar un premio no quiere decir otra cosa que dejarse defecar en la cabeza, porque le pagan a uno por ello. He sentido siempre las concesiones de premios como la mayor humillación que cabe imaginar, no como una exaltación. Porque un premio se lo entregan a uno siempre sólo personas incompetentes, que quieren defecar en la cabeza de uno si se acepta su premio. Y están en su perfecto derecho de defecar en la cabeza de uno, que es tan abyecto y tan bajo para aceptar su premio. Sólo en la mayor necesidad y cuando están amenazadas la vida y la existencia, y sólo hasta los cuarenta años, se tiene derecho a aceptar un premio que lleva consigo una suma de dinero o, en general, un premio o una distinción. Yo acepté mis premios sin estar en la mayor necesidad ni tener la vida y la existencia amenazadas, y con ello me hice abyecto y despreciable y, en el sentido más exacto de la palabra, repulsivo."

Al parecer, Javier Marías ha hecho caso a Thomas Bernhard...

P. S. Extractos de la rueda de prensa.

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