sábado, 14 de julio de 2012

Payasos y monstruos

Albert Sánchez Piñol
Pallassos i monstres
La Campana. 2000 (primera edición), 254 páginas
ISBN 978-84-88971-97-9

En Los orígenes del totalitarismo, Hannah Arendt disecciona tres regímenes totalitarios: el colonialismo, el nazismo y el estalinismo. Se ha hablado mucho más sobre los dos últimos que sobre el primero. Quizá porque la historia la escriben franceses e ingleses (y americanos), y las grandes potencias coloniales fueron Gran Bretaña y Francia.

África fue la mayor de las víctimas del colonialismo. Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Portugal, Alemania y España destruyeron por completo la sociedad africana durante el siglo XIX. Los países africanos que obtuvieron la independencia a partir de 1947 estaban condenados desde el principio: los dirigentes africanos, muchos de ellos miembros de los ejércitos coloniales, hicieron con sus países lo mismo que las potencias coloniales: explotar y robar a sus súbditos. Era en cierto modo inevitable, pues no habían conocido otro régimen.

Albert Sánchez Piñol nos recuerda estos hechos en el epílogo de Pallassos i Monstres. Sin este epílogo, el libro resultaría inmoral. Sánchez Piñol presenta a ocho dictadores africanos a través de su propio discurso, y aparecen como lo que son: payasos grotescos. Van desfilando el analfabeto Idi Amín, el megalómano Bokassa (que se creía Napoleón), Mobutu, el mayor ladrón de la historia; el embustero Sekou Touré, el desconcertante Hastings Kamuzu Banda, que pasó de clérigo escocés de moral intachable a tirano de Malawi, y esa gran estafa que fue Haile Selassie, el rastafari. De los dictadores payasos de África, sólo falta Gadafi.

El libro se cierra con los que podrían ser nuestros tiranos, poco conocidos por serlo de uno de los países más pequeños de África: Guinea  Ecuatorial. Poco sabemos de Francisco Macías, y de su sobrino Teodoro Obiang. Tarde o temprano se deberá escribir más sobre ellos y sobre cómo se les sigue apoyando desde España.

El libro no pretende ser una aproximación exhaustiva a la África actual, y por su planteamiento se centra en las tiranías más grotescas. Por su planteamiento, obvia necesariamente episodios como el genocidio de Ruanda y el posterior expolio de Zaire, así como regímenes dictatoriales menos grotescos, como nuestro vecino Marruecos.

Referencias

Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo. Alianza Editorial, 2006.
Martin Meredith. África: una historia de 50 años de independencia. Intermon Oxfam, Libros de Encuentro, 2011.

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