domingo, 15 de diciembre de 2013

Lo que ha quedado del imperio de los zares

Manuel Chaves Nogales
Lo que ha quedado del imperio de los zares
Editorial Renacimiento. Sevilla, 2011
ISBN 978-84-8472-601-2
Edición de María Isabel Cintas

Por avatares de la vida, la administración de los derechos de la obra de Manuel Chaves Nogales quedaron en manos de la Diputación de Sevilla. Esta institución publicó la típica edición de obras completas que como es natural pasó desapercibida por el público. La publicación de A sangre y fuego por Libros del Asteroide puso a Chaves Nogales en el mercado, y desde entonces diversas editoriales han ido publicando partes de su obra. El prólogo de esta obra nos mostraba a Chaves Nogales como un liberal conservador, ajeno a la radicalización de la vida política española de la Segunda República (y del conjunto de Europa).

El libro recoge las crónicas sobre la emigración rusa en Francia publicadas en el diario Ahora entre el 27 de enero y el 22 de febrero de 1931, con las fotografías originales. Sorprende leer artículos de periódico en los que se habla de los emigrados rusos en presente de indicativo, pero la lectura es fluida y amena. Chaves Nogales nos cuenta qué fue del más de un millón de rusos expulsados de Rusia por la Revolución de Octubre, miembros de una elite que había dejado a Rusia en el furgón de cola de la civilización europea, sirviéndose del país como si fuera su finca particular.

El lector no echará de menos a casi nadie. Están los grandes duques, los militares del Ejército Blanco, los artistas y (casi todos) los escritores. Está también Rasputín y el noble ruso que le asesinó, y se nos cuenta la historia de la (presunta) gran duquesa Anastasia (años después se comprobaría que era una impostora).

En cuanto a los escritores, aparece Irène Némirovsky, una escritora judía ucraniana que tenía ya cierta fama en esa época. Fue asesinada, como tantos otros, en los campos de exterminio. Cayó en el olvido hasta que en 2004 se pudo publicar su novela Suite Francesa.

Lo único que podemos lamentar es que Chaves Nogales no pudiera ir a Berlín para entrevistar a esa joven promesa de la literatura que era entonces Vladimir Nabokov.

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